sábado, 24 de mayo de 2008

Publicidad o información: ¿todo un dilema?



A pesar de que nuestra cultura no se caracterice por "la pasión" de la lectura y el interés en informarse, sí podemos darnos cuenta de diversas situaciones. Por ejemplo, la publicidad en algunos periódicos nacionales.

Es toda una aventura leer (o revisar) el periódico sin distraerse, al menos por unos segundos, con los mensajes y anuncios publicitarios. Es más, me atrevería a decir que muchas personas revisan el diario por la simple razón de "buscar ofertas" o "nuevos productos" en el mercado.

Pero creo que es algo normal en nuestra sociedad. Es decir, las personas están ya tan acostumbradas a recibir mensajes de todas las maneras posibles que, en este caso los periódicos, no son la excepción.

Hace algunas semanas, por ejemplo, pasaba por Galerías y observé toda la publicidad que hay a los alrededores, fuera y dentro del centro comercial. Hay tanta que no puedo recordar al menos 10 de las marcas a las que hacían referencia. Más que persuasivo, me parecía acosador. A lo mejor de esto se trate. A lo mejor, debe haber un tipo de acoso para generar la atención en el público. No lo sé.



Pero, volviendo al tema de los periódicos, me parece que muchos han desviado su “razón de ser”. Es decir, lo importante ( a mi punto de vista) ya no es la información que se dará a conocer; sino, la mayor cantidad de mensajes publicitarios publicados. De hecho, muchas veces me parece competencia entre los mismos medios. Entre más páginas se utilicen para anuncios y mensajes, mejor.

Entiendo que los medios, como cualquier empresa, necesitan de los anunciantes. Sin embargo, me parece exagerado. Es decir, me es hasta insoportable, aunque a la ves es muy cómodo, ver sólo las páginas de la derecha, porque las de la izquierda llevan los anuncios.

A lo mejor no puedo comprenderlo (o más bien “aceptarlo”) porque ese no es mi campo, pero me ofende pensar en toda la información que ha sido “sacrificada” porque los espacios publicitarios están “reservados”. Simplemente me parece indignante.

Me pongo a imaginar, algunas veces, a un editor sentado en su escritorio, pensando cómo hacer para reducir el tamaño de una nota. O dejando un reportaje o una crónica fuera de la edición de ese día, debido al espacio que utilizaría y la "publicidad" que se podría "perjudicar" con la publicación del texto.

Pero, entonces, ¿qué tan importante es un mensaje publicitario ante un hecho noticioso?¿Qué vale más, hoy en día, para los medios de comunicación?

Por otro lado, y dado un giro abrupto, ¡qué buen uso de recursos! No hay mejor manera de llegar a las personas, que mediante los objetos o “instrumentos” que se utilizan en la vida cotidiana. Sin duda alguna, no hay manera de que todos esos mensajes pasen desapercibidos. Y, por su puesto, acatados en la mayoría de los casos.

martes, 20 de mayo de 2008

Las maquilas y su (ya perdido) lado humano

En El Salvador, como en muchos países de América Latina, las maquilas son una fuente laboral significativa en determinados grupos sociales. Sin embargo, este tipo de trabajo es uno de los más sacrificados y con mayores riesgos laborales.

Durante la clase de la semana anterior, en Comunicación y Organización, obtuvimos información sobre una teoría llamada "Z". En esta, una de las principales características es, justamente, el lado humano de las cosas. Es decir, la "posible realidad" de la relación, inseparable, de lo personal y lo laboral, en busca de mejores resultados para la empresa.

Es extraño plantearse esta teoría, tomando como referencia a las maquilas, ya que a pesar de ser empresas que buscan, a toda costa, lograr sus objetivos,no son capaces de plantear ese "lado humano" requerido. Sin duda, los jefes o dueños de dichas empresas haces "todo lo que está a su alcance" para obtener mejores resultado. Pero, sin duda laguna, los derechos laborales (y humanos) de los empleados no están contemplados en esos "objetivos productivos".

Debido a muchos casos conocidos en nuestro país, como el de la maquila Hermosa Manufacturing, por ejemplo, no es difícil imaginar todo el tipo de atropeyos que reciben los (desafortunados) empleados. Sin embargo, no podemos hacer mucho para cambiarlo. Pero, conociendo las necesidades de las personas, como seres humanos y laboradores, sí se puede generar una conciencia que permita un mejor trato hacia las personas, sin dejar de lado los objetivos de productividad, por los que tanto se esmeran las empresas e instituciones en cumplir.

Lea además: "A prisión dueño de maquila hermosa manufacturing"
"Las maquilas, un ejemplo de la Globalización"

sábado, 3 de mayo de 2008

De cultura y burocracia...



Para muchos el término burocracia significa "falta de eficiencia". Y es que en más de una ocasión nos hemos encontrado en situaciones en las que "los procesos", en lugar de resolver, complican.

La mayoría nos quejamos de este tipo de reglas o normas y las situaciones en las que nos ubican, generalmente en trámites con empresas o instituciones. Sin embargo, creo que todo proceso tiene un porqué.

Veamos. En El Salvador sería un completo caos no contar con reglamentos y “burócratas” que se encarguen de hacerlos cumplir, “al pie de la letra y en el orden determinado”, en algunos de los procesos de los que tanto nos quejamos. Por ejemplo, todos detestamos la filas, en especial las de los bancos. ¡Las odiamos! Pero qué pasaría si no tuviéramos que hacerlas. Pues bien, he aquí una razón de las gestiones para determinados procesos.

Sólo puedo imaginarme al típico salvadoreño llegando al banco, para pagar un recibo que vence ese mismo día y que podría ser multado con unos 5 dólares más. Si las filas no fueran necesarias para llevar a cabo el proceso, seguro que unos 10 minutos antes del cierre, unos 15 ciudadanos estarían llegando al mismo tiempo, para cumplir con el pago “a tiempo” de sus recibos. Entonces, ya pueden visualizar el problemón que se armaría con sólo tres cajas disponibles. La lucha por el más grande, el más rápido y el más “buzo” sería un espectáculo sin igual. Y, claro, todo mundo empezaría a criticar el “mal proceso” de la empresa para “resolver” la situación.

Nuestra cultura es así. Estamos acostumbrados a que nos lleven de la mano, y paso a paso, por el camino que nos corresponde o más nos convenga. Los procesos son importantes, pues, para un adecuado manejo de los recursos con los que contamos.

Sin embargo, si de burocracia se trata, nunca falta el típico burócrata que también es odiado por muchos. Pero, y a pesar de tener una razón de ser, puede llegar a perjudicar la productividad de algunas empresas. No sólo el burócrata, claro, los procesos establecidos también.

Muchas veces los procesos no debería llevar mucho tiempo en ser realizados, pero hay personas que se afanan por alargarlos. Es decir, aunque una gestión deba cumplir con determinado tiempo, algunos empleado no le toman importancia al cumplimiento de este. Esto puede hacer que la productividad de una empresa o institución disminuya, provocando una reacción poco favorable.

Es importante destacar que la burocracia tiene sus ventajas y desventajas, como muchas cosas en la vida. Pero también es importante destacar que requiere de una responsabilidad mutua. Es decir, tanto del que la proporciona, como del que la recibe.

No sabemos si algún día nos corresponderá estar “del otro lado del escritorio”.