domingo, 1 de junio de 2008

¡¡¡Tsunami!!!



Así es. Lo vi venir. El tsunami más grande que he soñado estaba justo frente a mí. Parece gracioso, extraño y hasta ridículo, pero soñar con tsunamis es una de las tantas cosas "raras" que me suceden. Sin embargo, voy a desahogarme hablando sólo de "esta cosa rara", que ya no me parece TAN rara.

Hace algunos años empecé a soñar con tsunamis, sin las maravillosas playas, claro. Pero bueno, la cuestión es que creía, fielmente, que era la única o una de las pocas personas que tiene este tipo de sueños. Busqué información en internet (por medio de google, claro) y encontré datos y a muchísimas personas que también "padecen" lo mismo. ¿La explicación? Pues bien, según los analistas, tiene que ver mucho con tu interior, con tus sentimiento o estado de ánimo. ¿Que si me preocupé? La verdad no, pues en esta sociedad, y con tal ritmo de vida, no me sorprendió el hecho de que haya muchas personas que también tiene esos sueños. Sin embargo, sí me preocupé por lo que le espera a las nuevas generaciones.

Actualmente, el muy popular "estrés" ya no es exclusivamente para las personas que trabajan, que en teoría serían personas ya adultas. Ahora, la juventud vive más estresada que las personas que ya han recorrido mucho camino. ¿La razón? Pues creo que las exigencias son cada vez mayores para todos en general. Como quien dice: "A camarón que se duerme, se lo lleva la corriente".

Al iniciar el ciclo, en la materia de Comunicación y Organización, hablamos justamente de las exigencias actuales. En ese momento me parecieron muy importantes y llamativas. La verdad, aún sin darnos cuenta, estamos siendo "atrapados" por todas las circunstancias que limitan, actualmente, a las personas dentro de una sociedad. Pero además de parecerme importante, me pareció frustrante. Es decir, ¿qué le espera a las nuevas generaciones si, actualmente, las exigencias en el terreno laboral son tan grandes? Pues bien, pensando mejor las cosas, llegué a la conclusión de que no debo preocuparme tanto por las "futuras exigencias" y de sus posibles implicados.

Es decir, si las mismas exigencias nos sumergen, sin notarlo, pues asumo que para las nuevas generaciones será igual. Y hasta mejor, de hecho. ¿Cómo? Pues creo que los jóvenes son cada vez más exigentes con ellos mismos. A pesar de que a simple vista parezcan menos comprometidos, creo que están siendo preparados para todas las circunstancias que les esperan en un futuro no muy lejano. Y es que las tecnologías, el estrés social y la situaciones familiares y personales a las que se enfrentan día a día, fortalecen las habilidades y el carácter de las personas, características clave para el buen desempeño laboral (y personal).

Pero, además, creo que estas mismas circunstancias son las encargadas de preparar un terreno que sea capaz de recibir, y resistir, cualquier tipo de "tsunamis". Y, así, poder encontrar las soluciones adecuadas, de una manera adecuada...

Sigo soñando con tsunamis. No con tanta frecuencia como antes, pero sigo teniendo los mismos sueños. Sin embargo, ahora no relaciono la palabra "tsunami" sólo con mis sueños. Más bien, la pienso cada vez que siento que "las famosas exigencias" me acorralan. ¿Qué debo hacer? Pues nada fuera de lo debido. Enfrentar mis miedos, buscar una solución y ver cómo se repara el daño, si algo se dañó.

Es decir, ante un tsunami, no hay nada mejor que enfrentarlo y aferrarse a algo que te permita soportarlo y sobrellevarlo. Sin perder de vista, claro, los objetivos que te llevaron a recibirlo y que hay que cumplir "a toda costa" y de la mejor manera.