
La emigración elevada de salvadoreños a distintos paíces del mundo, ha generado un golpe directo a nuestra identidad cultural. De este modo, notamos que un salvadoreño no ha logrado cultivar un nivel "aceptable" de patriotismo. Además, parece no importarle utilizar una bandera extranjera en lugar de una nacional. Esto podría deberse a que puede llegar a sentir una necesidad "solidaria" o un nexo sentimental con alguno de sus familiares o amigo en el esterior.
A pesar ed no tener nuestras raíces "debidamente marcadas", debemos recordar que la cultura encierra no sólo aspectos artísticos; sino, todo aquello que es parte de nuestra vida cotidiana.
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