
A pesar de que nuestra cultura no se caracterice por "la pasión" de la lectura y el interés en informarse, sí podemos darnos cuenta de diversas situaciones. Por ejemplo, la publicidad en algunos periódicos nacionales.
Es toda una aventura leer (o revisar) el periódico sin distraerse, al menos por unos segundos, con los mensajes y anuncios publicitarios. Es más, me atrevería a decir que muchas personas revisan el diario por la simple razón de "buscar ofertas" o "nuevos productos" en el mercado.
Pero creo que es algo normal en nuestra sociedad. Es decir, las personas están ya tan acostumbradas a recibir mensajes de todas las maneras posibles que, en este caso los periódicos, no son la excepción.
Hace algunas semanas, por ejemplo, pasaba por Galerías y observé toda la publicidad que hay a los alrededores, fuera y dentro del centro comercial. Hay tanta que no puedo recordar al menos 10 de las marcas a las que hacían referencia. Más que persuasivo, me parecía acosador. A lo mejor de esto se trate. A lo mejor, debe haber un tipo de acoso para generar la atención en el público. No lo sé.

Pero, volviendo al tema de los periódicos, me parece que muchos han desviado su “razón de ser”. Es decir, lo importante ( a mi punto de vista) ya no es la información que se dará a conocer; sino, la mayor cantidad de mensajes publicitarios publicados. De hecho, muchas veces me parece competencia entre los mismos medios. Entre más páginas se utilicen para anuncios y mensajes, mejor.
Entiendo que los medios, como cualquier empresa, necesitan de los anunciantes. Sin embargo, me parece exagerado. Es decir, me es hasta insoportable, aunque a la ves es muy cómodo, ver sólo las páginas de la derecha, porque las de la izquierda llevan los anuncios.
A lo mejor no puedo comprenderlo (o más bien “aceptarlo”) porque ese no es mi campo, pero me ofende pensar en toda la información que ha sido “sacrificada” porque los espacios publicitarios están “reservados”. Simplemente me parece indignante.
Me pongo a imaginar, algunas veces, a un editor sentado en su escritorio, pensando cómo hacer para reducir el tamaño de una nota. O dejando un reportaje o una crónica fuera de la edición de ese día, debido al espacio que utilizaría y la "publicidad" que se podría "perjudicar" con la publicación del texto.
Pero, entonces, ¿qué tan importante es un mensaje publicitario ante un hecho noticioso?¿Qué vale más, hoy en día, para los medios de comunicación?
Por otro lado, y dado un giro abrupto, ¡qué buen uso de recursos! No hay mejor manera de llegar a las personas, que mediante los objetos o “instrumentos” que se utilizan en la vida cotidiana. Sin duda alguna, no hay manera de que todos esos mensajes pasen desapercibidos. Y, por su puesto, acatados en la mayoría de los casos.