sábado, 3 de mayo de 2008

De cultura y burocracia...



Para muchos el término burocracia significa "falta de eficiencia". Y es que en más de una ocasión nos hemos encontrado en situaciones en las que "los procesos", en lugar de resolver, complican.

La mayoría nos quejamos de este tipo de reglas o normas y las situaciones en las que nos ubican, generalmente en trámites con empresas o instituciones. Sin embargo, creo que todo proceso tiene un porqué.

Veamos. En El Salvador sería un completo caos no contar con reglamentos y “burócratas” que se encarguen de hacerlos cumplir, “al pie de la letra y en el orden determinado”, en algunos de los procesos de los que tanto nos quejamos. Por ejemplo, todos detestamos la filas, en especial las de los bancos. ¡Las odiamos! Pero qué pasaría si no tuviéramos que hacerlas. Pues bien, he aquí una razón de las gestiones para determinados procesos.

Sólo puedo imaginarme al típico salvadoreño llegando al banco, para pagar un recibo que vence ese mismo día y que podría ser multado con unos 5 dólares más. Si las filas no fueran necesarias para llevar a cabo el proceso, seguro que unos 10 minutos antes del cierre, unos 15 ciudadanos estarían llegando al mismo tiempo, para cumplir con el pago “a tiempo” de sus recibos. Entonces, ya pueden visualizar el problemón que se armaría con sólo tres cajas disponibles. La lucha por el más grande, el más rápido y el más “buzo” sería un espectáculo sin igual. Y, claro, todo mundo empezaría a criticar el “mal proceso” de la empresa para “resolver” la situación.

Nuestra cultura es así. Estamos acostumbrados a que nos lleven de la mano, y paso a paso, por el camino que nos corresponde o más nos convenga. Los procesos son importantes, pues, para un adecuado manejo de los recursos con los que contamos.

Sin embargo, si de burocracia se trata, nunca falta el típico burócrata que también es odiado por muchos. Pero, y a pesar de tener una razón de ser, puede llegar a perjudicar la productividad de algunas empresas. No sólo el burócrata, claro, los procesos establecidos también.

Muchas veces los procesos no debería llevar mucho tiempo en ser realizados, pero hay personas que se afanan por alargarlos. Es decir, aunque una gestión deba cumplir con determinado tiempo, algunos empleado no le toman importancia al cumplimiento de este. Esto puede hacer que la productividad de una empresa o institución disminuya, provocando una reacción poco favorable.

Es importante destacar que la burocracia tiene sus ventajas y desventajas, como muchas cosas en la vida. Pero también es importante destacar que requiere de una responsabilidad mutua. Es decir, tanto del que la proporciona, como del que la recibe.

No sabemos si algún día nos corresponderá estar “del otro lado del escritorio”.

2 comentarios:

Rocío Fuentes dijo...

Estoy de acuerdo con vos en la cuestión de que todo tiene sus ventajas y desventajas. Pero difiero en un punto, a los salvadoreños no nos gusta que nos digan que hacer, siempre tenemos que resolver todo a nuestro modo. Sólo fijate en los reglamentos de tránsito o en la migración... son fenómenos que claramente se dan en negación a reglas. Creo que ahí recide el problema de la burocracia: que a nosotros no nos gusta hacer largas filas o ir a hacer 50 mil trámites y por eso odiamos los trámites que tengan que ver con seguir pasos y reglas. Considero que en definitiva, no nos gusta seguir instrucciones!

P dijo...

La burocracia es algo inescapable, ya sea porque tu la vas a generar o porque te va a tener que sufrirla. Y claro, a medida que más viejas sean las instituciones, más burocracia existe en ellas.